Unpopular opinion

Desde que escribí la última entrada, allá por agosto, la segunda ola de este dichoso virus nos ha embestido de realidad, las disputas políticas son cada vez más frecuentes, se ha celebrado la quinta moción de censura de la democracia y la situación económica y social es, cuanto menos, preocupante. Estoy seguro de que lo primero que se te viene a la cabeza leyendo esto es ese célebre eslogan de mi admirado Iván Redondo: Salimos más fuertes.

Dejando a los expertos (a los de verdad, claro) los artículos sobre incidencias acumuladas, curvas de contagio o número de PCR por habitante, permíteme que te cuente mi punto de vista sobre los principales acontecimientos políticos de estos últimos meses: la moción de censura de Vox y la guerra Sánchez-Ayuso. Te anticipo ya que el análisis que vas a leer a continuación se resume en una unpopular opinion. No pretendo que te guste, sino que te haga reflexionar. Para no cargarte demasiado, dividiré este artículo en dos partes. En esta ocasión, analizaré la moción de censura y en unos días, la guerra Sánchez-Ayuso.

En las próximas líneas no encontrarás argumentos a favor o en contra de un partido u otro. Lo que pretendo es que veas que, en política, no basta con fijarse si uno es rojo, azul, verde o morado. Si vas un poco más allá, entenderás el porqué de ciertas cosas…

La moción de censura fue un error garrafal de Santiago Abascal y de Vox. No entro a valorar su idoneidad ni su necesidad. Eso lo juzgas tú como ciudadano y votante, no como lector de este artículo. Estratégicamente hablando, ha sido un suicidio. ¿Por qué? Nunca, en sus dos años y medio de mandato, Pedro Sánchez está tan reforzado como ahora. Ni Pablo Casado como líder de la oposición. Probablemente ni Pablo Iglesias. A pesar de que no soy politólogo, te expongo mis motivos para pensar que la moción fracasó. Y no únicamente por perder la votación…

En primer lugar, una moción de censura se presenta para ganarla. Si no lo consigues, te desgastas de cara a la opinión pública. En este sentido, si mañana hubiera elecciones, Vox no las ganaría. Es más, probablemente seguiría siendo tercera fuerza. Ha habido cuatro (con esta cinco) mociones de censura en la historia de nuestra democracia, de las cuales, solo una ha triunfado. La de Pedro Sánchez. ¿Qué pasó unos meses después? El PSOE arrasó en las elecciones. De las otras, salvo que seas un acérrimo aficionado a la política como yo, no serás capaz de recordar el nombre de los candidatos que se presentaron. En las próximas elecciones nadie hablará durante la campaña de esta moción. Ya lo verás. Mientras tanto, Pedro Sánchez ha rearmado todo su bloque de apoyos de investidura a las puertas de la aprobación de los presupuestos. No es que tú pierdas, es que tú rival gana.

En segundo lugar, la moción de censura se presenta contra el presidente, no contra el líder de la oposición. Ha quedado demostrado que la moción de censura de Santiago Abascal , estratégicamente, no iba contra Pedro Sánchez, sino contra Pablo Casado. El fin último era el sorpasso de Vox al PP. He aquí el segundo error. Ello permitió a Pablo Casado prepararse y “jugar” con Vox, con el Congreso e incluso con la prensa al no desvelar si iba a apoyar o no la moción hasta que el foco se posara sobre él en la tribuna de oradores. ¿Qué consiguió Casado? Erigirse el protagonista del debate hurtándoselo a Abascal, sorprendiendo a propios y a extraños. No es que Abascal no ganara la moción de censura, es que reforzó a Casado como líder de la oposición después de unos meses fuertemente cuestionado. Lo curioso, querido lector, es que esta estrategia ya la empleó Pablo Iglesias hace aproximadamente tres años en su moción de censura a Rajoy. Buscó dar el sorpasso al PSOE presentándola sabiendo que estaba perdida con el fin de arrinconar a los socialistas y fijar el foco sobre él mismo. En aquel momento, el PSOE contaba con 85 escaños y Unidas Podemos con 71. Hoy tienen 120 y 35 escaños, respectivamente.

Me permito un pequeño inciso. Por supuesto, habrá mucha gente a favor y en contra del discurso de Casado. Pero para un asesor político, da igual que hablen bien o mal de su jefe. Lo importante es que hablen. Que se lo digan a Donald Trump. Casado arriesgó porque sabía que, en el momento actual, no tiene nada que perder, pero sí mucho que ganar. No hablo de votos, hablo de imagen (caray, me siento Iván Redondo).

En tercer lugar, Vox y Santiago Abascal erraron en el mensaje y en su contenido. Rusia, China, Soros, Merkel o Unión Europea fueron las palabras más utilizadas por el líder conservador. Situar a Pedro Sánchez y su gobierno en una ecuación conspirativa restó credibilidad al candidato en su intervención. ¿Dónde está el error? Este mensaje aleja al votante más moderado, cohesiona al de izquierdas y únicamente refuerza al tuyo. En el tablero político, Abascal situó al Gobierno a la izquierda y a Vox a la derecha, dejando todo el centro al PP. En su discurso habló para los suyos, se olvidó del votante más moderado del PP o de Ciudadanos. Incluso del que alguna vez votó a un PSOE que parece que hoy no existe. Vox no consiguió ampliar su base electoral. Está muy bien defender tu posición ideológica, pero en España, nos guste o no, las elecciones se ganan por el centro. Es muy complicado que haya movimiento de voto de un bloque a otro, las elecciones las deciden los indecisos de centro. Con permiso de nuestra querida ley electoral (Ley D´hont).

Por último, y no menos importante, Vox cometió un error con el que no contaba: su previsibilidad. En Moncloa, todos sabían por dónde iban a ir los tiros. Prácticamente no tuvieron que preparar la réplica. De hecho, desde que en julio Vox la anunció, todos los miembros del ejecutivo les han provocado y animado a presentarla cuanto antes. En tono absolutamente burlesco. Desconozco quién asesora al partido verde, pero les recomiendo un giro radical en su agenda y estrategia política. Que se fijen en su némesis morada…

Voy concluyendo. Esta moción de censura nos deja alguna lección de cara al futuro. Vivimos en una España de bloques ideológicos donde es muy difícil que se produzcan trasvases de votos de uno a otro. El español es, por naturaleza, un votante que no vota con el bolsillo o con la cabeza, vota con el corazón. Los asesores políticos lo saben. Un ejemplo es que, tradicionalmente, la derecha ha gobernado en España (o en las autonomías y los ayuntamientos) cuando la izquierda se ha quedado en casa. Incluso demostrando una gestión más solvente, no es siempre garantía de éxito electoral. Esto los políticos lo saben, sobre todo Pedro Sánchez.

Querido lector, nunca olvides que todo lo que dice o hace un político está perfectamente estudiado. Busca una reacción en su propio votante y en el contrario. Polarización lo llaman algunos. Por eso, aunque no lo creas, Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso se parecen más de lo que piensas. Pero eso, te lo contaré en el próximo artículo.

Mientras tanto, por favor, cuídate mucho.


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