Nuevo-normal-verano 2020

Como sabes, querido lector, el verano de 2020 ha comenzado más tarde que de costumbre en España. Se ha retrasado porque ese maldito virus que tanto daño sanitario, económico y emocional nos está causando, no quiere marcharse tan pronto. Es más, constantemente en las noticias nos hablan de rebrotes y nuevas oleadas. Se lo que estás pensando: En un país tan socialmente abierto como España, donde vivimos más en la calle que en casa y, encima, con buen tiempo, es inevitable.

A nadie puede sorprender que esos rebrotes se están produciendo fundamentalmente por el ocio nocturno. Al fin y al cabo, mantener la distancia de seguridad mientras bailas reggaetón, siempre ha sido complicado.

Siempre he defendido que durante el confinamiento no nos mostraron la realidad y crudeza de la pandemia. Lo que salía en televisión eran aplausos, gente cocinando, bailando y ¡hasta haciendo pilates! Nunca vimos un respirador, el interior de una UCI o de una residencia. Así era muy difícil concienciarnos. ¿Por qué no se hacen campañas como las de tráfico o las de drogas para concienciarnos?

El verano de 2020 está siendo especialmente curioso a nivel político. Tenemos un Gobierno de coalición cuyo lema reza “saldremos más fuertes” y “no dejaremos a nadie atrás”, pero cada día se publicaban unos datos y gráficos económicos muy negativos (El PIB, el paro, los ERTES, la rotura del tejido empresarial, el hundimiento del turismo, etc.). Menos mal que en TVE se encargan de pintarlos con colores bonitos para hacernos creer que son buenos y animarnos. Además, en julio los países de la Unión Europea aprobaron un Plan Marshall (Pedro Sánchez dixit) que nos otorgará 140.000 millones de euros. Ahora todos parecemos contentos porque Europa nos va a regalar dinero suficiente para salir de la crisis, pero cuando nos enteremos de que la cantidad es insuficiente, hay que devolverla y necesitamos un profundo ajuste fiscal, mucha gente se sentirá engañada. Como si el dinero hubiese llovido alguna vez del cielo, ¿eh?

Lo bueno de que sea verano es que los problemas y los escándalos de este Gobierno pasan desapercibidos. Como buenos españoles, el calor, el mar y la cerveza fría nos trasladan a un estado mental en trance que nos impide ver más allá del 31 de agosto. La llamada cuesta de septiembre solo existe cuando El Corte Inglés anuncia la vuelta al cole de los niños. Lo mismo parece ocurrir con nuestros queridos líderes políticos. Ministros como Ábalos, Marlaska o Montero aprovechan para pasar desapercibidos y que se hable poco de Delcygate, Guardia Civil o de «qué son dos mil millones, chiqui«. Pablo Iglesias supongo que directamente apagará su teléfono móvil…

Puede parecer sorprendente que esto no acarree consecuencias pero ya sabes, querido lector, que en este verano de 2020, lo importante es estar todos unidos y no desviar nuestra atención de apoyo al Gobierno. Para todo lo demás, Tezanos, Ferreras e Iván Redondo. Incluso el Rey.

Creo, por otro lado, que los partidos de la oposición llevan algún tiempo ya de vacaciones. Estoy seguro de que Pablo Casado pasa las suyas por Galicia, a ver si el Feijoó style se le pega y consigue “centrar” su estrategia política. Santiago Abascal deduzco que se encontrará en algún destino de sol y playa, para lucir buen color mientras defiende la moción de censura que presentará en septiembre. Aprovecho a destacar que esa moción nos asegura una legislatura larga (refuerza al bloque de la investidura y desgastará a Pablo Casado, estrechando su espectro ideológico). Ya sabes, querido lector, cosas del marketing político que inventó Iván Redondo. Inés Arrimadas apura su baja maternal mientras piensa qué nuevos compromisos puede arrancarle al Gobierno para apoyar los Presupuestos. Lo tiene difícil, pues desde que votó a favor de la prórroga del Estado de Alarma a cambio de que la distancia social se estableciese en 1,50 metros, el listón está muy alto.

Pero si en este nuevo-normal-verano 2020 la política nos deja titulares y noticias que pintan un futuro, cuanto menos, grisáceo, qué podemos decir de la realeza. Fíjate, querido lector, como está siendo este 2020, que la familia real ha cambiado la portada del Hola frente al Palacio de Marivent o navegando a vela en Baleares, por una profunda crisis institucional que ha derivado con la salida de Don Juan Carlos de España. Si te soy sincero, para mí se trata de una estrategia prematura y arriesgada , no para el emérito, sino para Don Felipe. Ese «escudo protector» ya no está y más de un vicepresidente, ministro, diputado, alcalde, concejal, periodista y un largo etcétera, le tiene ganas. Habrá que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

No quiero, querido lector, entretenerte más en tus vacaciones contándote mi punto de vista de la situación política y económica que nos espera a la vuelta. Ya habrá tiempo para ello. Intentaré hacerte ver que no solo estamos mal en España. Y si no, que se lo pregunten a Donald Trump, quien en enero tenía prácticamente asegurada la reelección y ahora está en horas bajas (a menos de 100 días para las elecciones). Aun así le queda un as en la manga: su propio rival, Joe Biden, quien cada día realiza declaraciones cuanto menos…sorprendentes.

Supongo que me estarás leyendo desde la tumbona de la playa/piscina, desde un barco (según las redes sociales hoy en día todos tenemos uno o un amigo con él) o desde el puesto de teletrabajo que te has montado en el salón, así que solo me queda desearte un feliz nuevo-normal-verano 2020. Miremos también el lado bueno, estamos a 6 de agosto y el Real Madrid todavía (a esta hora) puede ser campeón de Europa.

Y, por favor, ponte la mascarilla.


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